jueves, 12 de abril de 2012

Los modestos primeros empleos de algunos súper exitosos


Paul J. Meyer, una de las personas más influyentes en el campo de la superación personal nos dice: “Todo lo que usted vívidamente imagine, ardientemente desee, sinceramente crea y con entusiasmo emprenda inevitablemente le sucederá”
Que mejor prueba de la sabiduría y veracidad de esta frase que los ejemplos que les presento en esta entrada, todos son casos de personas que se iniciaron humildemente en la actividad empresarial y lograron alcanzar importantes objetivos en base a trabajo, esfuerzo, perseverancia, seguridad en sus capacidades y actitud mental positiva, revisemos los casos:


Richard Branson: Sin duda uno de los empresarios más innovadores y geniales que conozco, fundador del imperio empresarial Virgin que incluye aerolíneas, sellos discográficos y una firma de turismo espacial, entre otros negocios. Se inicio con una actividad muy sencilla: revendía discos en su coche, lo que ya mostraba su espíritu empresarial que luego lo llevo a destacar en diversas industrias.

Ben Cohen: Ex hippie, co-fundador de la millonaria empresa internacional de helados Ben & Jerry’s, se inicio como taxista, posteriormente conoció a su socio Jerry Greenfield con quien completo un curso por correspondencia sobre cómo preparar helados y abrieron su primer local en una estación de gasolina, su exitosa empresa actualmente está presente en 38 países.

Michael Dell: Fundador de Dell Computer Corporation y poseedor de una de las fortunas más grandes del mundo. Se inicio lavando platos en un restaurante chino cuando tenía 12 años de edad. Cuando cumplió 21 años, su compañía ya facturaba US$60 millones.

Warren Buffett: Ocupa el tercer puesto en el ranking de multimillonarios del mundo según la revista Forbes. Conocido como el oráculo de Omaha, este súper inversionista que convirtió a Berkshire Hathaway, una empresa textil al borde de la quiebra, en un conglomerado de seguros e inversiones gigantesco, se inicio en los primeros años de su adolescencia repartiendo periódicos de puerta en puerta en su ciudad natal.

Donald Trump: Famoso magnate de los bienes raíces, propietario de hoteles y casinos en EEUU, visitaba obras de construcción con su padre y recolectaba botellas vacías para canjearlas por dinero.  Obviamente, las ganancias no eran excelentes, pero él confeso que ese trabajo le enseñó el valor del dinero.

Sam Walton: Fundador de la cadena de supermercados Wal Mart, la cual es actualmente la más grande del mundo, nació en una granja y en su juventud para ayudar económicamente a su familia fue lechero. Ordeñaba las vacas, y posteriormente, embotellaba el excedente y lo distribuía a los clientes. Adicionalmente repartiría periódicos y vendía suscripciones de revistas.

Andrew Carnegie: Empresario en la industria del acero, uno de los hombres más ricos de todos los tiempos, fue el chico bobinador. Carnegie asistía a una fábrica textil a cambiar periódicamente las bobinas de hilos antes de amasar su gran fortuna que posteriormente destino a la filantropía y a la educación.


Dave Thomas: Fundador de Wendy’s, la tercera cadena de hamburgueserías del mundo, con más de 6.000 locales en unos 35 países, fue un empleado de KFC (Kentucky Friend Chicken). Decidió que podía hacer algo mejor por su cuenta, invirtió todo su dinero en su idea y vaya que acertó.

Tom Cruise: Este famoso actor que forma parte de las celebridades de Hollywood y que en el año 2010 cobro la suma de $14,5 millones por sus películas, fue un botones de hotel. Tal vez muchos de los huéspedes a los que Tom les cargaba el equipaje se sorprendieron al verlo protagonizando roles principales en exitosas películas.

Para finalizar:
Chuck Norris: Otro conocido actor estadounidense, campeón mundial de karate, ex militar y fundador de una asociación de karate. Trabajo a los 16 años como empacador de comestibles en una tienda y fue despedido por el administrador al finalizar su primer día de trabajo por no trabajar con suficiente rapidez.
Veamos que nos cuenta Chuck sobre su experiencia:
Yo era un muchachito terriblemente tímido, de modo que me sorprendí cuando reaccioné diciendo: “Permítame volver mañana e intentar una vez más. Sé que puedo hacerlo mejor”. Yo sabía que lo que acababa de decir iba contra mi manera de ser, pero funcionó. Conseguí una segunda oportunidad trabajé mucho más rápido y por el siguiente año y medio prepare cajas de comestibles desde las cuatro a las diez, de lunes a viernes por U$S 1.25 la hora a veces los sábados y domingos.

Aquel momento en que le dije a mi jefe que quería volver al día siguiente sigue grabado en mi memoria. Y de igual manera la lección que aprendí:

“Si usted quiere lograr algo en la vida, no puede sentarse, echarse para atrás y esperar que suceda. Tiene que hacer que eso suceda”.

Cuando comencé a estudiar karate no era un atleta natural, pero entrené más duro que nadie y durante seis años fui campeón mundial en el peso mediano.

Más tarde, cuando decidí convertirme en actor tenía treinta y seis años de edad y ninguna experiencia. En Hollywood había por ese entonces unos mil seiscientos actores desempleados. Tuve que competir con otros que ya habían hecho películas o estado en la televisión.

Si hubiera dicho: “No tengo ninguna posibilidad”, una cosa es clara: No la habría tenido.
Muchas veces nos lamentamos, diciendo”No he tenido éxito porque no se me han dado las oportunidades” Recuerde: Usted es quien crea su oportunidad.
Fuentes: Web: Businessinsider.com y Libro “Grandeza para cada día” de Stephen R. Covey.


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